Revuelto Massista

Revuelto Massista


El Frente Renovador sigue dando que hablar en la Provincia. Su líder, el presidenciable Sergio Massa, tiene la noción de que para mantenerse al tope de las preferencias electorales se debe dar un golpe de efecto político y mediático cada una o dos semanas. Como si creyera que la desaparición momentánea de los medios lo pudiera borrar del inconsciente colectivo.

Para algunos dirigentes, incluso algunos de sus compañeros de espacio, esa estrategia lleva muchas veces a movidas atolondradas que exhiben las carencias más que las virtudes y su desesperación más que su audacia. Pero el pecado capital para Massa no es la incoherencia, sino la inacción.

“Lilitos”, segundo round. Hacía varios días que el presidente de la Coalición Cívica bonaerense, Walter Martello, deslizaba la posibilidad de irse al FR. Finalmente, visitó a Massa en Tigre y cerró el trato, que acarreaba también a más de una veintena de dirigentes, muchos de ellos presidentes distritales del partido.

“Le expliqué a Massa el criterio que tenemos nosotros. Hace dos semanas venimos hablando, porque fue el único candidato presidencial que respondió a mi envío de un informe que realizamos sobre la situación de seguridad en la Provincia. Me siento cercano a dirigentes como Gabriel Katopodis y no tanto a Raúl Othacehé, pero son diferencias que se saldarán en el debate interno”, sostuvo un Martello versión naíf.

Consultado sobre su relación con la líder de la CC-ARI, Elisa Carrió, respondió que hacía “dos años” que no dialogaban y le cuestionó su “indiferencia” con el partido en la Provincia. “No se dio cuenta de que representábamos su pensamiento. No fue fácil investigar temas como la tragedia de La Plata, y me hubiera gustado tener el volumen político de su acompañamiento”, remató.

Al día siguiente, Massa oficializó con un asado en Rincón de Milberg el pase de Martello y su tropa, pase en el que tuvo mucho que ver Juan José Amondarain, diputado bonaerense y viejo operador del peronismo platense.

Pero entre las achuras y el vacío llegaron los bombazos: esa misma jornada el presidente de la CC-ARI nacional, Pablo Javkin, embestía duro contra Massa a través de un comunicado: “Sorprende, y habla de su dignidad como persona y su desesperación por comprar silencio, que Sergio Massa reciba e incorpore en su partido a alguien que lo acusó en formas reiteradas de tener vínculos con el narcotráfico”.

El nuevo titular del partido en la Provincia, Oscar Negrelli, desmereció a Martello (“ya no tenía sintonía con la militancia por sus contradicciones”) y le recordó sus “pedidos de explicaciones a Massa, a través de los diarios, por el narcotráfico en Tigre”.

Por segunda vez, Massa le responde los maltratos verbales a Carrió con la cooptación por hachazo. Ya en su momento se había quedado con el hoy diputado nacional Adrián Pérez, algo que enfureció a la fundadora del ARI y que explica en parte el ensañamiento contra el tigrense.

A pesar de que se podría creer que Pérez tuvo algo que ver con el pase de Martello, el mismo diputado le dijo a Noticias Urbanas que no estaba enterado, e incluso, el día que se reunieron en Tigre Martello y Massa, él no estuvo presente. Igualmente, Pérez quiere mantener los códigos y no responde ninguna consideración de Carrió.

A Martello y a todos sus dirigentes, Massa les repite un mismo credo: “Tengamos vocación de seguir siendo cada vez más frentistas y más renovadores, de incorporar diversidad y construir futuro sin ‘seguidismos’ ni discutiendo el pasado”. Más allá de lo bello y voluntarista, es una confesión lisa y llana de que para él la política es sumar y no importa si el partido se vuelve un revuelto de heterogeneidades, por ahora disciplinado por la promesa de poder.

Mónica va por todo. La vicepresidenta del bloque massista en la Cámara baja provincial, Mónica López, anunció que no se baja de la precandidatura a gobernadora y deschavó a sus competidores: “Todos me ofrecen la vicegobernación pero yo voy a competir en las PASO”.

Ella cree que es ninguneada por los medios porque hay “muchos misóginos en la política y en el periodismo y porque pesa la chequera de la pauta publicitaria de varios intendentes”, en elíptica alusión a dos de sus rivales: Darío Giustozzi (aún intendente en uso de licencia de Almirante Brown) y Gustavo Posse (San Isidro).

López volvió a desmarcarse de su ex jefe político, Francisco de Narváez, a quien acusó de estar siempre siendo funcional al kirchnerismo y jugar para “taponar otras posibilidades en Provincia”. Con mea culpa incluido, opinó que el diputado nacional lo hizo en 2011 (cuando ella era su candidata a vicegobernadora) y volvió a repetirlo en 2013. “Si juega, hará lo mismo el año que viene”, avizoró.

“Ella puede candidatearse porque tiene plata de sobra”, susurró a Noticias Urbanas uno de sus rivales internos, que está preocupado por la falta de recursos para la campaña. Es que López está casada con el diputado Alberto Roberti, secretario general del poderoso gremio petrolero. En la gigantesca Buenos Aires, sin fondos no hay paraíso.

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