El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Lo sabía Pontaquarto y lo se yo. Probablemente también lo sepa Fariña, mi único héroe en este lío. Ayer cometí el irreparable pecado de haber increpado al marido de Karina Jelinek en un tremendo hecho de corrupción. Vi el programa de Lanata el domingo y lo creí todo. Como siempre, porque no encontré motivos para dudar.
Mansa sorpresa me llevé a las pocas horas, cuando el acusado visitó el piso del programa de Jorge Rial y escupió todas sus verdades. Y vaya si tendrá verdades el compañero Fariña, que no solo es inocente de haber cometido cualquier tipo de delito fiscal, sino que además aseguró ser el Caballo de Troya que ingresó por la puerta grande a la Corpo Mediática para destruirla desde adentro. Sí señor, porque al lado de Fariña, Ulises de Ítaca no es más que un improvisado. Porque si creyeron que con una cámara oculta iban a destruir la imagen de Leo, se equivocan. Y porque no descansaremos hasta que todos los responsables de este hecho macabro y tenebroso terminen dónde se lo merecen: pasando la tarde en un programa de chimentos.
Ayer Fariña fue a Intrusos para aclarar su vínculo con Lázaro Baez. Todavía le falta cancha, es cierto. Como pareja de truco yo lo sigo prefiriendo a Schocklender. Pero aún así desmanteló la estrategia del Grupo para arremeter contra él y su esposa. Y eso no fue todo: también mostró que no existen documentos jurídicos que prueben que trabajaba para Baez. ¿Negó que trabajaba para Baez? No, pero evidenció la falta de documentos que atestigüen la relación. ¿Entonces? Se reveló lo que todos sospechábamos: Leo Fariña está precarizado. Es otra víctima de la flexibilización laboral. Y es aquí donde yo, líder indiscutido de la Revolución Intergaláctica y defensor de las causas justas debo ponerme al frente de la situación para decirle al mundo entero que ¡NO PASARÁN! No habrá más testaferros tercerizados, ni precarizados, ni en negro, ni monotributistas. Lucharemos por su incorporación a la planta permanente a la Corporación de Lázaro Baez y exigiremos la retribución monetaria y su aplicación retroactiva.
Yo me equivoqué y pagué. Pero la pelota no se mancha. Y si se mancha, la lava Fariña.
Patria o Suerte.
VENCEREMOS.