Algo poco usual está pasando en el mapa político argentino. Por primera vez en décadas, o tal vez en la historia, un presidente impulsa el liderazgo de un gobernador de Buenos Aires y le deja que lleve la batuta. Más sorpresivo aún es que ambos son del mismo color político.
Así es cómo Mauricio Macri y su equipo definieron que el reclamo por la mejora de los fondos coparticipables que recibe la Provincia sea conducido por María Eugenia Vidal. La Casa Rosada avala el reclamo –por supuesto, en tanto sea en forma coordinada– y dejará que la voz cantante en este tema parta de La Plata.
Por ello, Vidal envió una carta al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, para que concrete cuanto antes un encuentro formal de la mandataria bonaerense con todos los diputados nacionales que representan a su distrito en el Congreso. La idea es propiciar el corrimiento del eje espacial de la discusión: la pelea no será Buenos Aires versus Nación sino Buenos Aires versus el resto de las provincias (especialmente las más beneficiadas).
Como dijo Vidal días pasados en un reportaje, y repetirá como un mantra en las discusiones venideras, el distrito que gobierna es en términos per cápita (por habitante) el que menos fondos federales recibe de todo el país, mientras que es de los que más aporta. La diferencia se dejó llegar a tal abismo que hasta deja en ridículo el reclamo de déficit en lo que se recibe del gobierno central en un caso como el de la separatista Cataluña con España. Si los bonaerenses tuvieran el temperamento catalán, hace rato habrían proclamado la independencia.
Pero el gobierno provincial de Cambiemos va en dirección de concientizarlos. Desde la propia Vidal y todos sus funcionarios comienzan a amplificar la “injusticia” en la situación fiscal bonaerense. De hecho, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, difundió un informe sobre el verdadero déficit fiscal heredado: 21.470 millones de pesos, “un deterioro de 22.270 millones con respecto a 2014”. Y explican que los gastos corrientes (política salarial e incorporación de personal) superaron en un 23 por ciento la pauta presupuestaria, a la vez que subejecutó 27 por ciento los gastos de inversión.
También el ministro de Gobierno, Federico Salvai, comenzó a operar sobre el tema. Días pasados reunió a todos los presidentes de bloque de los partidos políticos de ambas cámaras de la Legislatura y los convocó a sumarse al apoyo del reclamo por el incremento de los recursos correspondientes al Fondo del Conurbano, congelados hace dos décadas.
“Vamos a reclamar algo justo y lo que les corresponde a los bonaerenses. No puede ser que del Fondo del Conurbano la provincia que menos recursos reciba sea, precisamente, Buenos Aires”, dijo Salvai. Sin embargo, los apoyos no son totales. Desde el massismo, algunas voces se niegan a darle un cheque en blanco a Vidal.
El diputado Juan Andreotti, hijo de uno de los pocos intendentes que le quedaron al massismo en la Provincia (San Fernando), llamó a “eliminar el Fondo del Conurbano y pasar ese monto a fondos coparticipables. Como está planteado, no le sirve ni a la Provincia ni a los municipios. Nuestra querida provincia apenas recibe más dinero que Tierra del Fuego, dejando en claro que este fondo del conurbano, en vez de ayudar a la Provincia, la hunde”.
Si bien por ahora la discusión no tocó su techo, promete ser uno de los temas más importantes que el nuevo gobierno bonaerense pretende encarar y que usará, cómo no, para diferenciarse del alegado inmovilismo de la gestión anterior.
Urtubey no armará
en Provincia
El gobernador salteño no quiere armar un espacio propio bonaerense para disputar las elecciones de medio término y se aboca a construir su imagen en el interior. “Se está haciendo un trabajo de la periferia al centro”, explica en diálogo con Noticias Urbanas uno de los principales operadores de Juan Manuel Urtubey, que por ahora prefiere mantener el bajo perfil.
“No está en nosotros la idea de tener un candidato propio ni armar un urtubeycismo. Vamos a trabajar sobre el peronismo existente y sabemos que no vamos a armar nada ahora en la Provincia, lo que no significa que no apoyemos a nadie o juguemos por nadie en 2017”, señala el operador, muy cercano en su momento a Antonio Cafiero.
La estrategia, por ahora, es más mediática: Urtubey se alejó de Buenos Aires y se reposiciona en el interior (se vienen próximas apariciones en Mendoza y Córdoba) y apela a la prensa del corazón, exponiéndose con su mujer, Isabel Macedo, llegando hasta hogares que de otra manera sería difícil alcanzar.
“Nuestra idea es que crezca la cabeza, es decir, Juan Manuel como figura. Eso hará más fácil el camino en el territorio”, repiten. Habrá que ver si la tentación de hacer pie en la colosal provincia no los devora.