Seguramente muchos vecinos de la Ciudad no sabían que en el barrio de Chacarita, en plena Comuna 15, hay un asentamiento conocido como Fraga.
Según el censo de 2010, en el asentamiento de Fraga, también llamado Villa Fraga, vivían en ese momento 1.787 personas. En la actualidad la cifra se habría triplicado.
La estabilidad en la ocupación y la persistencia de la política en emparchar situaciones hizo que el panorama dentro de la villa vaya mutando al ladrillo precario, dejando de a poco la chapa indigna.
Hace unos pocos días “Fraga” tuvo su minuto de fama. Según los medios, un grupo “narco” había tomado un comedor comunitario.
Pero vayamos por parte. En primer lugar, vale la pena detenerse en los titulares de Clarín y La Nación del mismo día. En ambos casos se alertaba sobre el crecimiento del narcotráfico.
El gobierno nacional, al que le cuesta encontrar agenda propia hace tiempo, volvió a correr atrás de la que marca Clarín. Ante el primer alerta mediático de que la toma en Fraga podría tratarse de narcos, llenó, literalmente, la villa de policías.
Ojo, no es que Sergio Berni no tenga la convicción de combatir a los narcos. A los verdaderos y a los que no lo son. Si hay algo que queda claro de este Gobierno en retirada es que Berni va a combatir en el área que le toque hasta el final del ciclo.
Al parecer en este caso se trataría de narcos truchos. A la mañana siguiente, el propio secretario de Seguridad aclaró quequienes tomaron el comedor eran un grupo de personas sin techo buscando refugio. O sea, se montó un operativo espectacular, transmitido en vivo por todos los canales, para desalojar a un grupo de personas sin techo.
Las villas crecen sin control y al ritmo que le impone la política. Tenemos como país un problema con el narcotráfico, también. ¿Vamos a solucionar ambos temas a las apuradas? Seguro que no.