Max Weber en su Libro “El Político y el Científico” reflexiona entre otras cosas en quienes tienen a la Política como Vocación. “El honor de quien tiene por Vocación la Política está en asumir personalmente la responsabilidad de todo lo que hace, responsabilidad que no debe ni puede rechazar o arrojar sobre otro”. En los últimos 10 años de gobierno nacional- el relato K- quienes han ocupado el sillón de Rivadavia, no han hecho otra cosa que hacer responsable a otro de las problemáticas propias de la gestión. Las Tragedias ocurridas en las Estaciones de Once, Castelar, los acuartelamientos Policiales de fines del 2013 y la situación económica, son un claro ejemplo de esto.
Ahora bien, volviendo a lo anterior, quienes tienen a la política como una vocación no deben perder de vista la sutil diferencia que existe entre vivir de ella y vivir para ella. El Zoon Politicón (característica del hombre según Aristóteles), en su máxima expresión se encuentra en quienes viven para la política, hombres que dedican su vida y obra a servir a la gente. En cambio quienes viven de la política, la corrompen.
Aristóteles diferenciaba principalmente dos fases o momentos de un mismo proceso político. La faz agonal a la que el describía como toda competencia, trabajo o lucha para conquistar el poder. En cambio lo que Aristóteles señala como la faz arquitectónica de la política hace referencia al pleno ejercicio del poder.
Quienes viven para la política deben encontrar un equilibrio, un entrelazamiento entre las dos fases, la agonal y la arquitectónica. La convivencia entre ambas va a asegurar la plenitud del Gobierno de turno. El mandato del oficialismo que culmina en diciembre, deja como saldo diez años en los cuales podríamos decir que no hubo un equilibrio de fases: primó la lucha y el objetivo de conservar el poder por el poder mismo.
Asimismo, el actual Jefe de Gobierno y candidato presidencial Mauricio Macri, es el más capacitado para lograr esa armonía que pensó Aristóteles, vivir para la política con intensa vocación siendo nada más y nada menos un servidor público, la cual es la que va a permitir de una vez el cambio y el crecimiento prospero de un país acostumbrado a recibir golpes.