Y de a poco… Randazzo

Y de a poco… Randazzo


“O nos dejamos que nos impongan los candidatos o salimos a ponerlos nosotros”, se lo escuchó decir al ministro de Interior y Transporte de la Nación, Florencio Randazzo. A quien interpela con esa frase seguramente es el núcleo duro del kirchnerismo, al cual él no pertenece y, ahora, lo exhibe.

Es que con frases como “nos hemos mandado muchas cagadas”, Randazzo comienza gradualmente a despuntar una estrategia de desmarque del cristinismo porque, como toda persona con aspiraciones de poder, quiere alejarse simbólicamente del sistema de ideas que caduca en 19 meses. La operación ya está en marcha.

La Provincia, Plan B

Muchos relatores desde los medios de comunicación ubicaron al ministro como uno de los contendientes para la gobernación de Buenos Aires en el futuro más próximo. Sin embargo, “Florín”, como dicen algunos con sorna, apunta más alto.

“El planteo de Florencio es ir por la Presidencia, aunque la gobernación no se descarta. Él cree que tiene que haber un candidato único del resto del kirchnerismo que enfrente a Scioli. Ni (Jorge) Capitanich ni ‘El Pato’ (Sergio Urribarri) ni Julián Domínguez tienen que ir por separado. Uno solo, el que más mida, todos apoyándolo y contra Scioli”, dijo en diálogo con Noticias Urbanas una de las personas del entorno más cercano de Randazzo.

El ministro está decidido a ir por el Sillón de Rivadavia si los números le juegan a favor y quiere potenciar al Frente para la Victoria con una gran primaria, quitándole protagonismo a Sergio Massa y Mauricio Macri, quienes acudirán a las PASO sin contendientes internos, algo que, como se comprobó con UNEN en la Capital, resta expectativa y títulos en la prensa.

“En Provincia estamos armando a paso muy lento. Lo nuestro es la gestión, queremos irla contrastando con la de Scioli, que es un desastre. A cada lugar que va, Randazzo hace política”, señala la fuente.

El ministro sabe que es uno de los barones kirchneristas de la Provincia, tal vez incluso con mayor tejido político que el propio Scioli, cuyo poder territorial reside en el funcionariado ligado al Estado bonaerense. De hecho, Randazzo es considerado como uno de los ganadores en la confección de las listas para diputados y senadores bonaerenses en las dos últimas elecciones.

Oriundo de Chivilcoy, en la Cuarta Sección electoral, allí mantiene un histórico enfrentamiento con el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, por la hegemonía del peronismo. Desde el randazzismo desmerecen las aspiraciones presidenciales del excompañero de gabinete y creen que, tal vez, podría ser más su alfil para la gobernación.

Entusiastas con los números que comienzan a filtrarse (hace poco el diario Perfil publicó una encuesta en la que señalaba que Randazzo empataba con Scioli en 21% la intención de voto como candidato único del oficialismo), los randazzistas juran que el ministro tiene el 87% de nivel de conocimiento de parte del electorado. Y ciertamente, una imagen negativa inferior que la de rivales como el jefe de Gabinete.

Con Massa, ni a la esquina

Alguna vez, un operador de la cúpula massista dejó entrever que a Randazzo lo veía con buenos ojos para tenerlo como candidato a gobernador, entre ironías. Aparentemente, la unión de ambos dirigentes sería un milagro.

“Florencio ni loco termina con Massa, no lo ve como un posible jefe político, lo conoce de chico y sabe lo que es. Nunca va a ser empleado de Massa ni jugar en su equipo. No tiene mala relación pero no hay afinidad política porque lo considera un liberal”, aclaran en el randazzismo.

Consultados por NU, en la cima del Frente Renovador aseguran que la relación con Randazzo es “nula, cero”. Exjefe y subordinado que arrastran viejos recelos desde aquel gabinete compartido en 2008-2009.

El exfuncionario de la administración bonaerense de Felipe Solá está acostumbrado a la disputa interna y, nobleza obliga, viene saliendo airoso. Fue uno de los encargados en romper con el duhaldismo en 2005, electo diputado nacional y ministro nacional desde 2007, luego enfrentó adversarios internos a nivel nacional y resistió la avanzada de La Cámpora.

Con la agrupación juvenil liderada por el hijo de la Presidenta dicen que “mejoró mucho la relación”. Igualmente, como viejo lobo del peronismo, mantiene fluidos contactos con varios intendentes, como “El Barba” Gutiérrez (Quilmes), Pablo Bruera (La Plata) y Jorge Ferraresi (Avellaneda).

De a poco y gradual, con la mira puesta en los trenes y la meta en la Casa Rosada, Randazzo avanza.

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